miércoles, 31 de octubre de 2007

Fobia a los payasos

Si hay algo que adoro en este mundo es la gente con miedo a los payasos. Se tiene una explicación psicológica de las fobias, de esta en particular no recuerdo cual era... algo que ver con máscaras o algo así. (¿Pero alguna vez han escuchado de alguna persona que le tenga miedo a KISS? ...yo tampoco...)

Recuerdo a una amiga que vino a mi casa, quería ver una peli de terror, le pregunté si había algo que le diera miedo más que nada, respondió: LOS PAYASOS!

Así que busqué entre mis VCDs... uy y eso ya suena como que busqué entre mis discos de vinilo debido al paso del tiempo en digital, pasan los años de 10 en 10 ahora (o sea de dos en dos, en sistema binario).

Encontré entonces en mi armario aquella copia que conseguí en el centro de Quito (no recuerdo la calle) de un casi clásico de terror. IT? NO! PAYASOS ASESINOS DEL ESPACIO EXTERIOR!!!

No le mostré la portada, solo le puse al disco en mi computadora y cuando empezó a sonar la cancioncita de circo del comienzo se desquició: se tapó los ojos y gritó que la detenga. Le puse pausa, y le adelanté hasta la parte donde uno de los payasos extraterrestres aparece en primer plano... estuvo a punto de llorar cuando lo vio disparando una bazooka que en vez de explosivos lanzaba canguil.

El duende.

Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre con la de hierro. Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es ésta la que en realidad más duele.

Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilección para con los niños de corta edad, aunque también golpea sin piedad a los mayores.

En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con respecto al duende:

Rostro del duendeUna cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó su maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que sonreía, le dijo:

- Tatita, mírame los dientes...

El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó.

La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que se vió al duende conversando en un zanjón con un niño que estaba a su cuidado (actualmente un prominente médico). Al acercarse don Lucindo, el duende -llamado "enano del zanjón" por los lugareños- salió huyendo.